martes, 13 de mayo de 2008

REFLEXION. Dar una mano


Señor me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado" (Salmos 18:20). Un editorial de cierto diario cuenta que en un Día de Acción de Gracias, una maestra pidió a sus alumnos que dibujasen algo por el cual estuviesen agradecidos. Mientras aguardaba los dibujos ella se quedó pensando sobre cuan poco esos niños de un barrio muy pobre podrían ser gratas. Sabía que la mayoría dibujaría pavos y otros platos de comida sobre la mesa. Al recibir los hojas de papel con los dibujos, quedó intrigada con el trabajo de un niño llamado Douglas. Su papel contenía apenas una mano infantilmente dibujada. Pero, de quien era la mano. "Yo creo que debe ser la mano de Dios que nos trae comida", dijo una niño. "La mano de un hacendado", dijo otro niño, "porque es él que creaba los pavos que son colocados en la mesa". Finalmente, la maestra se aproxima a la mesa donde Douglas estaba sentado y le pregunta: "De quien es esta mano"? "Es su mano, maestra", contestó bajito.Recordó que frecuentemente tomaba Douglas, un niño raquítico y solitario, por la mano y lo llevavadurante los intervalos de las clases. Ella hacía el mismos con otros niños. Quizá no significase mucho para los otros, pero para Douglas significaba todo. Podría pensar en muchas cosas por las cuales estuviese agradecido el Día de Acción de Gracias, pero él era más grato ¡por la mano de su maestra! Quizá podamos aprender de esta historia que la cosa más importante que yo y usted podamos dar a alguien es una mano que les lleve directamente al amor de Cristo.Cuántas personas conocemos que enfrentan grandes angustias en sus vidas diarias. Algunas por problemas financieros, otras por enfermedades, otras por crisis de relaciones, otras por no encuentran motivos que las alienten a tener esperanzas. ¿Hemos ido a darles una mano?Cuando nos encontramos con personas que caminan sin rumbo, perdidas en un mundo engañoso y traicionero, cansadas de batir en puertas que permanecieron cerradas, intentando encontrar respuestas para sus incertidumbres, nos hemos mostrado insensibles e indiferentes o ¿ofrecemos la mano para llevar las por el Camino de la vida abundante y eterna?Muchos regalos ofrecidos a esas personas podrán recibir un "muchas gracias" que podrá ser luego olvidado, pero al ofrecer la mano para llevarlas a la salvación en el Señor Jesús Cristo, habrá un agradecimiento especial que valdrá por toda la eternidad.

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